SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA

Estimados camaradas,

En uno de sus últimos comunicados, fechado el pasado 19 de agosto, el portavoz del Comité Central del Partido Comunista de la India (Maoísta) [PCI (Maoísta)], camarada Abhay, afirmaba que “en el momento actual, el movimiento revolucionario indio se enfrenta a numerosos y complicados desafíos, y su avance se produce a través del proceso de victoria-derrota-victoria”, palabras que, creo, sitúan en sus justos términos la actual situación de la Guerra Popular en la India.

En estos últimos meses, el viejo estado indio ha dado un giro de tuerca a su política represiva contra el movimiento revolucionario indio, giro de tuerca marcado principalmente, aunque no sólo, por el despliegue del ejército en la región de Bastar (estado de Chhattisgarh). Dicha decisión, adoptada a principios del pasado mes de junio, supone un salto cualitativo del viejo estado en su lucha contra el movimiento revolucionario y el PCI (Maoísta): por primera vez desde que en 2004 se unificaran el Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista) [Guerra Popular] y el Centro Maoísta Comunista de la India, relanzando de este modo la Guerra Popular, el estado burocrático y comprador indio ha tomado la decisión de emplazar a su ejército en zonas de gran presencia maoísta. Por su parte, el PCI (Maoísta) ha analizado correctamente esta decisión del viejo estado: se trata del inicio de una nueva fase –la segunda- de la “Guerra contra el Pueblo” desencadenada hace dos años bajo el nombre de “Operación Green Hunt”.

En acompañamiento de esas medidas represivas directas, el viejo estado ha abierto en estos últimos meses otros frentes de lucha contra el movimiento revolucionario: ha lanzado una campaña propagandística sobre la existencia de supuestas disensiones ideológicas en el seno de la dirección del PCI (Maoísta);  ha pretendido involucrar al Ejército Guerrillero de Liberación Popular (EGLP) en actos de terrorismo contra la población civil; ha dictado sentencias de muerte y condenas de por vida contra dirigentes maoístas y del movimiento popular; ha agitado el señuelo de las conversaciones de paz con el propósito de crear procesos escisionistas en el seno del movimiento revolucionario…

Grosso modo, ésta ha sido la actitud del viejo estado indio en estos últimos meses.

Por su parte, el PCI (Maoísta), con datos quizá algo anticuados, se encuentra implantado en al menos 15 de los 28 estados de la Unión India y ejerce control efectivo sobre 182 de los 602 distritos del país. Se trata de datos en continua variación, evidentemente, respecto de los cuales, sin embargo, las dos tendencias principales son: la rapidez de la extensión del movimiento revolucionario y su alta capacidad regenerativa, como la demostrada recientemente en el estado de Bengala, sobre cuyas causas nos extenderemos algo más adelante.

En las últimas fechas se aprecia un incremento de la actividad armada del EGLP tanto más digna de tenerse en consideración cuanto coincide en el tiempo con el brutal inicio de la Operación Green Hunt en su segunda fase. Este último verano, tanto las fuerzas armadas del viejo estado como sus representantes políticos a nivel local en el llamado “cinturón rojo” indio –este y noreste del país- han sido objetivo permanente de las acciones revolucionarias del EGLP.

Pero volvamos sobre un aspecto fundamental del accionar revolucionario del PCI (Maoísta): ¿en qué se basa esa capacidad regenerativa de que antes hablábamos? La estrategia del PCI (Maoísta) viene desarrollando de manera exitosa desde hace tiempo el concepto maoísta de las “bases de apoyo” en el curso de la Guerra Popular. Ello le ha asegurado no sólo un firme respaldo popular basado en la mejora inmediata de las condiciones de vida en las zonas bajo control del PCI (Maoísta) sino también dotar a la población de una conciencia política que facilita la superación de los recodos parciales en el proceso revolucionario.

Los conceptos sobre los que se basa la construcción de la invencibilidad del PCI (Maoísta) son el “Janatana Sarkar” o “Gobierno popular" en lengua hindi –que ha puesto en las manos de amplias masas indias su propio destino como pueblo y como seres humanos- y la fidelidad a la consigna “Jal-Jungle-Zameen Hamara Hai” –“Agua, bosque y tierra son nuestros”, en hindi- que nos trae los ecos de aquella otra leninista –“Pan, Tierra, Paz”- que sirvió para construir por vez primera en la historia un estado obrero y campesino.

Hace pocas fechas la prensa burguesa india reconocía –casi admirada- la capacidad del PCI (Maoísta) para levantar un sistema popular del salud en el estado de Bengala. Nos consta que otro tanto se hace en el ámbito de la obra pública, de la educación, de la agricultura o de la liberación revolucionaria de la mujer. 

Son muchas las dificultades que aún quedan por superar en el proceso revolucionario indio; dificultades de todo tipo: ideológicas, debido a la fuerza expansiva de la traición revisionista en Nepal; o militares, sin duda asistiremos aún a retrocesos y golpes contrarrevolucionarios. Pero también podemos estar seguros de que el éxito de la Revolución india es el principio del fin del capitalismo a escala planetaria y, por tanto, de que todo el apoyo que prestemos a la Guerra Popular que hoy dirige el PCI (Maoísta) es un avance hacia ese objetivo compartido por las masas populares de todo el mundo: el fin del capitalismo y el imperialismo.

Sin más, estimados camaradas, Lal Salaam, saludos rojos.

¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA!
¡VIVA EL GLORIOSO PCI (MAOÍSTA)!

Colectivo Odio de Clase.