AVANCE DE LA REVISTA SOL ROJO Nº 48: Proletarios de todos los países, uníos! EL "PROCÉS" CATALAN: LA VENGANZA DEL ESTADO Las movilizaciones contra la sentencia del Tribunal Supremo Español que condenan a un total de casi 100 años de prisión a los dirigentes políticos del Procés catalán, ha demostrado, por una parte el talante brutal y vengativo de este Estado y, por otra, que el independentismo catalán (a pesar de la traición de su dirección y todas las maniobras de los que desde dentro querían paralizar el movimiento) sigue siendo muy fuerte y con una potente capacidad de movilización. Esta vez las movilizaciones contra la sentencia y la represión no solo se han localizado en Cataluña. Pequeñas pero importantes manifestaciones se han desarrollado en todo el Estado: País Vasco, Madrid, Alicante, Zaragoza, Andalucía, etc. En muchas, también se expresaba que la sentencia y la represión contra el Procés podría aplicarse contra otros movimientos (los stop-desahucios, por ejemplo).
Sin embargo hay cambios… En determinados momentos históricos, la conciencia de las masas avanza mucho más deprisa. Esto ha pasado a los independentistas catalanes. Hace no mucho más de un año casi todos aclamaban a la policía catalana: "es nuestra policía". Ahora los mozos ya son parte de la policía represora del Estado, son también fuerzas de ocupación, forman parte de los sádicos y brutales represores y torturadores, los que pegan con saña dentro y fuera de las furgonas y en comisaría, los que vejan a las jóvenes detenidas, los que han provocado centenares de heridos estos días.
También hay cambios con la violencia. Principalmente en los jóvenes. Muchos de estos ("desencantados, anarquistas y apolíticos", como los nombró un portavoz del sistema) han visto que no hay trabajo (el paro juvenil es oficialmente superior al 33%) y el poco que se encuentra es muy precario, no se pueden emancipar por el alto coste de la vivienda que sube sin freno, las tasas académicas no están al alcance de muchas familias, con problemas serios para llegar a finales de mes, y no hay perspectivas de mejora. Ven un sistema en descomposición que se ha sacado la careta, han visto como el Estado aplicaba su brutal violencia judicial y policial, y han reaccionado con violencia. Empresarios, políticos, la misma dirección burguesa del movimiento, y buena parte de los movilizados han gritado y gritan contra la violencia. "Somos pacíficos", "somos un movimiento pacífico" han repetido innumerables veces. La burguesía catalana tiene muchos motivos para temer la violencia de la clase obrera y del pueblo catalán. Además, traidores al movimiento han dicho y repetido que no es la hora, tenemos que esperar a acumular fuerzas (a algunos les gustaría que la revolución no tuviese nunca lugar). Pero la violencia se abre camino y es necesaria. Los jóvenes pueden pasarse, pero tienen que aprender y preparase para otros momentos en los cuales tendrán que ejercer la violencia para que haya cambios de verdad. Se tiene que recordar que en 1936, el pueblo de Barcelona y otros lugares pudo resistir y hacer frente a la insurrección militar al tener experiencias previas. La CNT tuvo que enfrentarse a mano armada con la patronal que quería eliminar físicamente a sus dirigentes (y tenía armas). Ya en 1931 hubo varias revueltas anarquistas, todas fracasadas y que acabaron en la muerte de muchos de los sublevados, Y sobre todo la insurrección de 1934, en Asturias pero también en parte en Cataluña. Todas fueron duras pero muy buenas lecciones por la clase obrera y los pueblos. Se le llamó "la gimnasia revolucionaria". En las revueltas del fin del franquismo también apareció con notoriedad la violencia popular. Y también fue necesario aprender a utilizarla.
La experiencia pasada Pocos días antes de hacerse pública la sentencia del Procés, 7 jóvenes fueron detenidos en una operación que nos recuerda otras muchas típicas del Estado. Para dar miedo y "escarmentar", organizan a "bombo y platillo" un montaje con un supuesto grupo terrorista que se prepara para hacer atentados. Ya lo hicieron en la llamada Operación Dixan contra unos presuntos islamistas. Todavía más similitudes tuvo en 1992 la Operación Garzón para parar las protestas contra los Juegos Olímpicos de Barcelona. Se inventan un grupo terrorista, que supuestamente quiere empezar a atentar con explosivos caseros (normalmente de estos explosivos solo presentan como prueba productos de limpieza que podemos encontrar en cualquier vivienda). El objetivo es crear miedo, intentando detener las luchas. Aparte de los 7 jóvenes detenidos días antes, han intentado criminalizar y presentar como grupos terroristas a la CUP, a los jóvenes independentistas de Arran, a los CDRs y a Tsunami Democrátic. Posteriormente al inventado grupo terrorista organizado, también como ya hicieron en el País Vasco con la Kale Borroca. Hablan del "entorno" para justificar elevadas penas de prisión a todos los que defienden el Procés. Todos son terroristas.
Un Estado en descomposición La descomposición del Estado es brutal. Incapaz de dar salida a las reivindicaciones catalanas, solo represión, una dura represión: más 700 heridos, doscientos detenidos, acusaciones falsificadas, incriminación de organizaciones enteras, prohibición a TV3 y al Parlamento de Cataluña de habla de determinados temas, etc. Todo esto, ¡no lo olvidamos!, en medio de una crisis económica de la cual no se ha salido y a punto de entrar en otra, e incapaz de dar salida a los graves problemas de amplias masas, en la llamada "segunda transición". La situación es tan precaria que los representantes políticos no han sido capaces de formar un gobierno del Estado mínimamente consistente y en medio de duros reproches se han lanzado a unas nuevas elecciones. La situación catalana ha sido el eje de la campaña electoral, impidiendo todavía más algún intento de salida al conflicto. También, por su parte, la Generalitat de Cataluña, ha dejado de ejercer sus competencias y tratar el día en día. En Barcelona y a Madrid el desgobierno es la norma. La total y buena coordinación de los mozos con el resto de la policía del Estado en la represión ha sido destacado tanto por el ministro del interior español (Fernando Grande Marlaska), como por un destacado portavoz del PSC (en una entrevista a La Sexta) como por el consejero Miquel Buch. También Pedro Sánchez habla de "Coordinación ejemplar" (declaraciones 19/10), y cuando el Presidente de la Generalitat, Quim Torra, manifiesta su disgusto por la bestial represión y pide una investigación interna de los Mossos (todos los diarios 29 octubre), el Presidente Español se niega a hablar con el de la Generalitat, y le exige que condene la violencia de los jóvenes y defienda a la policía. Las afirmaciones de los propios mercenarios policiales y judiciales ponen los pelos de punta. Pocos días antes, las declaraciones del general Garrido, responsable en Cataluña de la Guardia Civil, hizo que el Gobierno de la Generalitat pidiera su cese inmediato. Los días de la revuelta de los jóvenes, los sindicatos policiales pedían más coordinación policial. Determinados jueces quieren más castigo por los sublevados. En momentos como este de crisis, los aparatos del Estado tienen vida propia.
Los apagafuegos Como siempre, hay los que promueven la conciliación con el enemigo; los que procuran que la lucha no sobrepase determinados niveles y que no moleste demasiado al sistema; los que dicen que no hay condiciones y que tenemos que esperar a acumular fuerzas, que ahora no toca rebelarse; también los que buscan solo su provecho individual. Hemos analizado antes el caso de ERC. También se han visto intentos de paralizar desde dentro de las organizaciones que más se han destacado en las movilizaciones en momentos pasados, como el ANC. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, estaba más preocupada por los daños al mobiliario urbano que por los sufrimientos de las víctimas de la represión. Podemos, que en algún momento defendió el derecho de autodeterminación y pidió una solución política y no judicial del conflicto, se echó atrás y defendió la Constitución Española cuando vio la posibilidad de entrar en el gobierno de España. Sectores empresariales y políticos, en principio favorables o simpatizantes del Proceso, se quejaron del perjuicio que provocaba los hechos violentos. Sectores de los CDR's y de la CUP expresaban el miedo a sobrepasar determinados límites.
Política independiente del proletariado Los problemas de las nacionalidades hitòriques son recurrentes, sobre todo en los periodos de crisis del Estado Español. Los marxistas-leninistas-maoístas nos reafirmamos en lo que hemos dicho ya en escritos anteriores respecto a este problema: 1) Estamos en la fase final de la crisis del imperialismo y en el orden del día tenemos la revolución proletaria. Las superpotencias imperialistas USA, Rusia y China y las potencias imperialistas se preparan para la guerra y ya luchan por un nuevo reparto del mundo. La III Guerra Mundial es inevitable si la revolución no lo para y, en todo caso, la guerra potenciará la revolución. Hace falta pues, que el proletariado y los pueblos del mundo se levanten contra los imperialistas y sus lacayos, hacia una nueva sociedad que acabe con todo tipo de explotación y opresión. Este marco es el único que puede asegurar una verdadera libertad para el pueblo catalán. 2) Reiteramos el derecho que tienen las naciones a su autodeterminación y a su separación estatal. El Estado Español es una prisión de pueblos y estos tienen todo el derecho a separarse. 3) No se puede admitir una condena por intentar ejercer este derecho a la autodeterminación. Condenamos sin paliativos la venganza del Estado Español y su represión. Hemos luchado y lucharemos por la libertad de todos los presos políticos, actuales y de otros momentos, y a favor de las víctimas de la represión de este Estado criminal y en descomposición al que hay que destruir. 4) Estos días en medios de izquierda ha circulado un video donde uno de los encausados, Jordi Turull ataca el bloqueo del Parlamento de Catalunya por el movimiento del 15-M y dice textualmente: "Las leyes hay que cumplirlas", mientras manda a prisión a varios jóvenes catalanes por su protesta, Es evidente la hipocresía de la burguesía catalana y sus representantes. Pero, no se puede admitir ninguna condena del Estado por ejercer un derecho como el de autodeterminación. Ya tendrá el pueblo catalán ocasión de condenar y hacer justicia de los crímenes de su burguesía. 5) Una cosa es reconocer el derecho de autodeterminación, es decir el derecho de una nacionalidad sin Estado a separarse y tener uno de propio, y otra la alternativa de la clase obrera en estos momentos históricos. Es necesaria una política independiente del proletariado catalán y del de todo el Estado. Y eso solo puede venir a través de un partido propio, un partido que sintetice toda la experiencia revolucionaria del proletariado y de los pueblos, un partido marxista-leninista-maoísta que dirija a la clase a la toma del Poder mediante la guerra popular y después, mediante sucesivas revoluciones culturales hacia un sistema sin explotados ni oprimidos, el único que puede asegurar la libertad total del pueblo catalán. 6) En este momento histórico no hay alternativa alguna: o revolución socialista dirigida por la clase obrera o golpe de Estado dirigido por la burguesía o alguna de sus fracciones, con el apoyo de uno o más imperialismos. Para los explotados y oprimidos no tiene sentido luchar por un Estado catalán dentro de la Unión Europea, dirigido por su burguesía y bajo las botas imperialistas. Es más de lo mismo. O peor, pues el imperialismo se tomará algo a cambio de su "apoyo"· 7) Tampoco significa un avance la supresión de los borbones y de su monarquía. Ahora ya no es época de pasos intermedios, es hora de luchar por la revolución socialista, de empezar la guerra popular hasta la toma del poder y, posteriormente, a través de sucesivas revoluciones culturales avanzar a la sociedad sin clases. Por otra parte, la represión del Estado nos obliga a todos a potenciar los organismos antirrepresivos y de solidaridad. Esta es una tarea importante que no hay que despreciar. Recordemos, por ejemplo, el papel de los presos de la Revolución de Asturias en la formación del Frente Popular en 1935-36. ______________________________________________________________________________________________________________
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